El museo resulta difícil de apreciar debido a la gran cantidad de cosas para ver y escuchar simultáneamente, así como a los trajes apagados y las actividades lúdicas. Además, el lugar puede resultar caluroso y con dificultad para respirar. Algunos visitantes han expresado su descontento por no poder ingresar al negocio con sus perros pequeños, lo cual consideran una vergüenza. También se menciona que hay elementos que no funcionan o que pertenecen a otra época, y que el edificio dedicado a Fellini no ofrece información relevante sobre el director.