El negocio se encuentra en una ubicación privilegiada, a solo unos pasos de la Piazza Venezia, lo que lo hace fácilmente accesible para los clientes. Tanto el interior como el exterior del local son atractivos y acogedores, lo que crea un ambiente agradable para disfrutar de una comida o una bebida.
El aperitivo ofrecido por el negocio es bastante completo, por un precio de €10 euros, que incluye un cocktail, nachos, una salsa similar al guacamole y una aleta de pollo por persona. Aunque el sabor de la comida no destaca especialmente, cumple con las expectativas sin ser decepcionante.
Los cocktails servidos en el negocio son de buena calidad y sabor, lo que añade un punto positivo a la experiencia de los clientes. Además, el personal, a pesar de no hablar italiano en su totalidad, se muestra amable y atento durante el servicio.
Uno de los aspectos negativos del negocio es la falta de camareros que hablen italiano. Aunque es comprensible que en una ciudad como Roma se encuentren empleados de diferentes nacionalidades, resulta un tanto absurdo no contar con al menos un camarero que hable el idioma local.
Otro aspecto negativo es la solicitud de pagar la cuenta antes de terminar de comer, incluso cuando los clientes tienen la intención de realizar más pedidos. Esta práctica puede resultar incómoda y dar la sensación de que se está siendo apresurado para abandonar el local.
En conclusión, el negocio cuenta con una ubicación privilegiada y un ambiente agradable tanto en su interior como en su exterior. El aperitivo ofrecido es completo y a un precio razonable, aunque sin destacar en sabor. Los cocktails son de buena calidad y el personal, a pesar de la falta de camareros que hablen italiano, se muestra amable. Sin embargo, la solicitud de pagar antes de tiempo y la falta de camareros italianos son aspectos negativos que podrían mejorar la experiencia de los clientes.
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